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lunes, 6 de octubre de 2014
martes, 22 de abril de 2014
DÍA DE LA TIERRA 2014.
Habría algo que celebrar en este día, yo creo que mas bien cabe la serena reflexión de hacia donde vamos y que estamos haciendo con nuestro único hogar con el que contamos en los confines del universo, la tierra el tercer planeta desde el sol; cuantas historias, dramas y alegrías se acrisolan en el y sin embargo hoy esta en peligro de sufrir devastadores cambios por la avaricia y mezquindad de unos cuantos, si aquellos cuyo único motor en la vida es la ganancia, la plusvalía; aquellos que no les importa cuanta contaminación y destrucción generen con tal de ganar y ganar cada vez mas y mas, envileciendo la vida de millones de seres humanos; al final tendremos que salir adelante a través de cambios sociales y el emponderamiento del pueblo en las decisiones trascendentales. . . . . .
Excelente vídeo sobre el protagonista, con música de fondo maravillosa de Jóse Pablo de Moncayo y su HUAPANGO DE MONCAYO.
jueves, 27 de marzo de 2014
Especies acuáticas invasoras en México.
Interesante publicación, sobre todo si tomamos
en cuenta que los ecosistemas en el mundo han sido intensamente sometidos a
cambios forzados en tan poco tiempo; el Cambio Climático es un fenómeno que
implica a varios eventos entre los cuales se encuentran el calentamiento global,
la perdida de la biodiversidad, destrucción de la capa de ozono, lluvia acida,
etc.
Por ello cobra relevancia y plena vigencia en
la actualidad, esta publicación de Comisión Nacional para el conocimiento y Uso
de la Diversidad ,
que entre otras cosas señala:
Los humanos hemos sido
responsables del incremento de estas invasiones y también de sus consecuencias
negativas no sólo en el patrimonio natural, sino en actividades productivas
como la pesca, el comercio, el turismo y la salud humana, animal y vegetal. Estos
problemas se pueden agravar aún más ante el cambio climático y el aumento del
transporte y el comercio internacional. En México, los ambientes acuáticos,
junto con las islas, son los más vulnerables y, en consecuencia, los que han
sufrido los mayores impactos.
Especies
acuáticas invasoras en México reúne por primera vez el conocimiento sobre las
especies más nocivas de prácticamente todos los grupos de organismos que
amenazan la extraordinaria biodiversidad acuática del país, sus áreas naturales
protegidas, así como las actividades productivas primarias. En esta obra se
hace un análisis del contexto legal y normativo, nacional e internacional, y se
proponen herramientas para identificar las especies invasoras de mayor riesgo y
atender las principales vías de su introducción. Los enfoques innovadores que
se describen son un punto de referencia para la prevención, detección temprana,
control y erradicación de especies exóticas invasoras y aportan elementos para
contribuir a los objetivos de la Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras.
Ponemos a su disposición el link para tener
accceso a tan importante publicación.
domingo, 23 de marzo de 2014
Carta del Gran Jefe Seattle al Presidente de los Estados Unidos de América Franklin Pierce.
En 1854, el Presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Pierce, hizo una oferta por una gran extensión de tierras en el noreste de los Estados Unidos, en la que vivían los indios Swaminsh, ofreciendo en contrapartida crear de una reserva para el pueblo indígena. La respuesta del Jefe indio Seattle, que trascribimos a continuación, ha sido considerada, a través del tiempo como uno de los más bellos y profundos manifiestos a favor de la defensa del medio ambiente.
El Gran Jefe de Washington envió palabra de que desea comprar nuestra tierra. El Gran Jefe nos envía también palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos mucho esta delicadeza porque sabemos la poca falta que le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco vendrá con sus armas de fuego y tomara nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington puede confiar en la palabra del Gran Jefe Seattle, con la misma certeza que confía en el retorno de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas del firmamento.
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra?, esta idea nos parece extraña. Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos? Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo, cada aguja brillante de pino, cada grano de arena de las riberas de los ríos, cada gota de rocío entre las sombras de los bosques, cada claro en la arboleda y el zumbido de cada insecto son sagrados en la memoria y tradiciones de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo los recuerdos del hombre piel roja. Los muertos del hombre blanco olvidan la tierra donde nacieron cuando emprenden su paseo por entre las estrellas, en cambio nuestros muertos, nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas, el venado, el caballo, el gran águila, todos son nuestros hermanos. Las escarpadas montañas, los húmedos prados, el calor de la piel del potro y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia. Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco de Washington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotros. El Gran Jefe Blanco nos dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir cómodamente. El se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos. Por lo tanto, nosotros vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no es fácil, ya que esta tierra es sagrada para nosotros.
Esta agua cristalina que escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es solamente agua, sino también la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus hijos que ella es sagrada y que los reflejos misteriosos sobre las aguas claras de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua de los ríos es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan a nuestras canoas y nos dan peces para alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deberán recordar y enseñar a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también los suyos, y por tanto deberéis tratar a los ríos con la misma dulzura con que se trata a un hermano. Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Tanto le importa un trozo de nuestra tierra como otro cualquiera, pues es un extraño que llega en la noche a arrancar de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemiga y una vez conquistada la abandona, y prosigue su camino dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle nada. Roba a la tierra aquello que pertenece a sus hijos y no le importa nada. Tanto la tumba de sus padres como los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la tierra y a su hermano, el cielo, como cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos o collares que intercambian por otros objetos. Su hambre insaciable devorará todo lo que hay en la tierra y detrás suyo dejaran tan sólo un desierto. Yo no entiendo, nuestro modo de vida es muy diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja. Tal vez sea por que el hombre piel roja es un salvaje y no comprende nada. No
existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las flores de los árboles en primavera, o el movimiento de las alas de un insecto. Pero quizás también esto se deba a que soy un salvaje que no comprende bien las cosas. El ruido de las ciudades parece insultar los oídos. Y yo me pregunto, ¿ qué tipo de vida tiene el hombre si no puede escuchar el canto solitario del chotacabras, ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un lago?. Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie del lago, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía, o perfumado por la fragancia de los pinos. El aire es algo precioso para el piel roja, ya que todos los seres comparten el mismo aliento, el animal, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no siente el aire que respira, como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros antepasados el primer soplo de vida, también recibió de ellos su último suspiro. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deberán conservarlas sagradas, como un lugar en donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas. Queremos considerar su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto miles de búfalos pudriéndose en las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparo
desde el caballo de hierro sin ni tan solo pararlo. Yo soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de hierro pueda importar más que el búfalo al que nosotros solo matamos para poder vivir. ¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos los animales fuesen exterminados, el hombre también perecería de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra a los animales pronto habrá de ocurrirle también al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre si. Deben de enseñarle a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros antepasados. Digan a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestro pueblo, a fin de que sepan respetarla. Es necesario que enseñen a sus hijos, lo que nuestros hijos ya saben, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que ocurra a la tierra, le ocurrirá también a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen en el suelo, se están escupiendo así mismos. Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra. . Esto es lo que sabemos: todas las cosas están ligadas como la sangre que une a una familia. El sufrimiento de la tierra se convertirá en sufrimiento para los hijos de la tierra. El hombre no ha tejido la red que es la vida, solo es un hilo más de la trama. Lo que hace con la trama se lo está haciendo a sí mismo. Nuestros hijos ha visto como sus padres eran humillados mientras defendían su tierra. Nuestros guerreros han sentido vergüenza, y ahora pasan sus días ociosos, mientras contaminan sus cuerpos con comida dulce y agua de fuego. Importa poco donde pasaremos el resto de nuestros días, no son demasiados. Unas pocas horas, unos pocos inviernos y ninguno de los descendientes de las grandes tribus que alguna vez vivieron sobre esta Tierra, estarán aquí para lamentarse sobre
las tumbas de una gente que un día tuvo poder y esperanza. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, quedará exento del destino común. Quizás seamos hermanos a pesar de todo, ya se vera algún día. Sabemos una cosa que quizás el hombre blanco tal vez descubra algún día, el Dios nuestro y el de ustedes es el mismo Dios. Ustedes creen que Dios les pertenece, de la misma manera que desean que nuestras tierras les pertenezcan, pero no es así. Él es el Dios de todos los hombres y su compasión se extiende por igual entre los pieles rojas y los caras pálidas. Esta tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su Creador y se provocaría su irá. También los blancos se extinguirán, quizás antes que todas las otras tribus. Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios desechos. Ustedes caminan hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos porqué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se impregnan los rincones secretos de los densos bosques con el olor de tantos hombres y se obstruye la visión del paisaje de las verdes colinas con un enjambre de alambres de hablar. ¿Dónde está el matorral? Destruido ¿Dónde esta el águila? Desapareció Es el final de la vida y el inicio de la supervivencia.
lunes, 10 de febrero de 2014
QUE ES LA ECOLOGÍA?
El término ecología parece que
se empleó por vez primera a mediados del siglo XIX. El 1 de enero de 1858, el
naturalista - trascendentalista de Nueva Inglaterra (Estados Unidos) Henry
David Thoreau escribía a su primo George Thatcher, de Bangor, Maine: «El señor
Hoar está aún en Concord, ocupado en la Botánica , Ecología, etc., con el propósito de que
le resulte verdaderamente provechosa su futura residencia en el extranjero.»
Aunque el origen del término es
dudoso, en general se acepta que fue el biólogo alemán Ernst Haeckel el primero que lo
definió en el siguiente párrafo:
Entendemos por ecología el conjunto
de conocimientos referentes a la economía de la naturaleza, la investigación de
todas las relaciones del animal tanto con su medio inorgánico como orgánico,
incluyendo sobre todo su relación amistosa y hostil con aquellos animales y
plantas con los que se relaciona directa o indirectamente. En una palabra, la
ecología es el estudio de todas las complejas interrelaciones a las que Darwin
se refería como las condiciones de la lucha por la existencia. La ciencia de la
ecología, a menudo considerada equivocadamente como «biología» en un sentido
restringido, constituye desde hace tiempo la esencia de lo que generalmente se
denomina «historia natural». Como se ve claramente por las numerosas historias
naturales populares, tanto antiguas como modernas, este tema ha evolucionado en
íntima relación con la zoología sistemática. En la historia natural se ha
tratado la ecología de los animales con bastante inexactitud; de todos modos, la
historia natural ha tenido el mérito de mantener vivo un amplio interés por la
zoología.
Esta cita apareció en un trabajo de
Haeckel en 1870, aunque parece que empleó el término por primera vez en 1866.
Aproximadamente siete años antes, el zoólogo francés Isodore Geoffroy St. Hilaire había
propuesto el término etología para «el estudio de las relaciones de los
organismos dentro de la familia y la sociedad en el conjunto y en la comunidad», y aproximadamente al mismo tiempo el naturalista
inglés St. George Jackson Mivart acuñó el término hexicología, que definió en 1894 como «dedicada al
estudio de las relaciones que existen entre los organismos y su medio,
considerando la naturaleza de la localidad en que habitan, las temperaturas e
iluminación que les acomodan y sus relaciones con otros organismos como
enemigos, rivales o benefactores accidentales e involuntarios».
La gran influencia de Ernst Haeckel
en sus días, mucho mayor que la de Mivart o St. Hilaire, explica la poca
aceptación de los términos etología y hexicología y la adopción común del
término ecología de Haeckel. Como es sabido, el término etología de St. Hilaire se ha convertido posteriormente en
sinónimo de estudio del
comportamiento animal.
La definición de Haeckel, que implica
el concepto de interrelaciones entre los organismos y el ambiente, ha sido
objeto de interpretaciones algo distintas y quizá más profundas desde 1900. Por
ejemplo, el ecólogo inglés Charles Elton definió la ecología como la «historia
natural científica» que se ocupa de la «sociología
y economía de los animales». Un
norteamericano especialista en ecología vegetal, Frederick Clements, consideraba que la ecología era «la
ciencia de la comunidad», y el ecólogo
norteamericano contemporáneo Eugene Odum la ha definido, quizá demasiado ampliamente, como «el
estudio de la estructura y función de la naturaleza».
Independientemente de dar una definición
precisa, la esencia de la ecología se encuentra en la infinidad de mecanismos
abióticos y bióticos e interrelaciones implicadas en el movimiento de energía y
nutrientes, que regulan la estructura y la dinámica de la población y de la
comunidad. Como muchos de los campos de la biología contemporánea, la ecología
es multidisciplinaria y su campo es casi ilimitado. Este punto ha sido
claramente expresado por el ecólogo inglés A. Macfadyen:
La ecología se ocupa de las
interrelaciones que existen entre los organismos vivos, vegetales o animales, y
sus ambientes, y éstos se estudian con la idea de descubrir los principios que
regulan estas relaciones. El que tales principios existen es una suposición
básica -y un dogma- para el ecólogo. Su campo de investigación abarca todos los
aspectos vitales de las plantas y animales que están bajo observación, su
posición sistemática, sus reacciones frente al ambiente y entre sí y la
naturaleza física y química de su contorno inanimado… Debe admitirse que el
ecólogo tiene algo de vagabundo reconocido; vaga errabundo por los cotos
propios del botánico y del zoólogo, del taxónomo, del fisiólogo, del etólogo,
del meteorólogo, del geólogo, del físico, del químico y hasta del sociólogo.
Invade esos terrenos y los de otras disciplinas establecidas y respetadas. El
poner límite a sus divagaciones es realmente uno de los principales problemas
del ecólogo y debe resolverlo por su propio interés.
(Animal Ecology: Aims and Methods. 1957)
Los
ecólogos tienen básicamente dos métodos de estudio:
- Autoecología, el
estudio de especies individuales en sus múltiples relaciones con el medio
ambiente; y
- Sinecología, el estudio de
comunidades, es decir medios ambientes individuales y las relaciones entre
las especies que viven allí.
Es conveniente aclarar que en Europa,
especialmente en Francia, el término ecología se
restringe al estudio de los componentes no vivientes mientras que se emplea el
término de Biocenología (de bios = vida y koinotes = comunidad) para el concepto que hemos dado arriba de
ecología.
Los estudios ecológicos pueden enfocarse sobre las relaciones
entre los organismos individuales y las características físicas y químicas de
su ambiente (ecología fisiológica). Corrientemente, se estudia en el
laboratorio la tolerancia de un organismo a un rango de factores (por ejemplo,
salinidad o temperatura); luego se trata de relacionar estos resultados con la
distribución del organismo en condiciones naturales.
Un ecólogo puede estudiar el comportamiento de los
individuos. Algunas conductas estudiadas serían, por ejemplo, las técnicas de
recolección de alimentos por los individuos, las adaptaciones de supervivencia
ante la depredación, y el cortejo. Esta área es llamada, frecuentemente, ecología del comportamiento. Un estudio equivalente en
plantas sería la medición de las respuesta morfológica (de la forma) de la
planta al cambio ambiental.
La ecología de poblaciones es el estudio de los procesos que afectan la
distribución y abundancia de las poblaciones animales y vegetales. El primer
paso consiste en describir la población para lo cual se miden las tasas de
nacimiento, mortalidad y de emigración e inmigración. Las fluctuaciones en el
número de individuos de una especie en particular, las proporciones en la
población de las diversas especies, y las relaciones depredador-presa son
factores que influyen sobre la población.
Un componente esencia de la ecología de poblaciones es el
estudio de genética de poblaciones (genética ecológica), que estudia el comportamiento de
los genes en poblaciones naturales. Algunas áreas estudiadas son el cambio de
frecuencias génicas en la naturaleza, la acción de la selección natural sobre
las características genéticas, y la presencia de polimorfismo en las especies.
Estos problemas son estudiados a través de modelos teóricos, en el laboratorio,
y con poblaciones en el campo.
La ecología de comunidades es el estudio de la organización y funcionamiento de
las comunidades, las cuales son conjuntos de poblaciones interactuantes de las
especies que viven en un área particular o hábitat.
Los ecólogos estudian los rangos de las especies y las razones por las cuales
algunas tienen un nicho mayor que otras, la estabilidad de comunidades los
factores que la afectan, la influencia de un componente particular (por
ejemplo, carnívoros) dentro de una comunidad, el ciclo de nutrientes, y la
influencia del clima, lo mismo que otras variables. Se dispone de técnicas
sofisticadas para la descripción y clasificación de las diferentes asociaciones
de especies que conforman una comunidad. Estas técnicas están especialmente
desarrolladas para el estudio de las comunidades vegetales (fitosociología).
Los estudios demuestran que la estructura de las comunidades
puede cambiar en el tiempo, con frecuencia de una manera direccional, lo que se
conoce como sucesión. Una comunidad
puede verse como una máquina compleja que procesa energía y nutrientes. Para
estudiar esta máquina, es necesario describir la red alimenticia y seguir el
curso de la energía y los nutrientes a través de ella, desde los productores
primarios (plantas verdes) hasta los herbívoros, carnívoros y descomponedores.
Un principio de la ecología de comunidades es que la estabilidad de la
comunidad es mayor a medida que es más diversa y más compleja es su red
alimenticia (cadena alimenticia).
Otra área importante de la ecología es la paleoecología--el estudio de la ecología de los
organismos fósiles. La teoría y las técnicas usadas para estudiar los
organismos actuales se aplican a poblaciones y comunidades del pasado.
Con frecuencia, los ecólogos se concentran en grupos
taxonómicos específicos, por lo que podemos hablar de los campos de la ecología
vegetal, ecología de insectos o ecología de grandes mamíferos.
Alternativamente, los ecólogos pueden estudiar ambientes particulares--por
ejemplo, la costa o el bosque lluvioso tropical. En la ecología aplicada, los principios ecológicos básicos son
usados para la gestión de poblaciones de cultivos y animales, para así aumentar
las producciones y reducir el impacto de las plagas. Los ecólogos aplicados
también estudian el efecto de los humanos sobre su ambiente y sobre la
supervivencia de otras especies. Los ecólogos teóricos desarrollan simulaciones de problemas prácticos
específicos (por ejemplo, los efectos de la pesca sobre las poblaciones de
peces) y desarrollan modelos de un valor ecológico general.
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