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FISIOLOGÍA.

En esta sección encontraras, la notas relacionada con la materia de Fisiología, esperamos te sean útiles en tu búsqueda.

INTRODUCCIÓN.

En este apartado pretendemos inicialmente orientarlo con el fin de establecer una relación muy estrecha entre los organismos y el medio que les rodea, es en ese sentido como pensamos que se establece una respuesta fisiológica a los eventos que los organismos reciben del medo ambiente; sin embargo para que nosotros podamos explicarnos adecuadamente como es que los animales usan variadas estrategias a los cambios que se producen de manera continua en la naturaleza, tenemos forzosamente que sabernos explicar desde el punto de vista de la fisiología animal como es que ocurren estos cambios y respuestas ante la demandante realidad a la que se ven sometidas las especies animales en el mundo natural; por ello uno de nuestros propósitos con el presente, es que concomitantemente vayamos abordando y explicando los temas de la fisiología animal, al mismo tiempo que comentamos como estos mecanismos responden a necesidades reales de los organismos.

Un primer objetivo de esta sección es explorar los procesos fisiológicos básicos en los que se mueven los grupos animales y mostrar cómo la presión selectiva los ha ido modelando durante la evolución. Así mismo comparar y contrastar el modo en que diferentes organismos se han adaptado para sobrevivir frente a similares retos ambientales, para proporcionar una mejor comprensión de los patrones de la evolución fisiológica y del valor adaptativo de los procesos fisiológicos. Al estudiar la fisiología animal y las adaptaciones fisiológicas aparecen varios aspectos básicos, o temas, que aparecen de forma recurrente, como el siguiente.

RELACIONES ESTRUCTURA-FUNCIÓN

El principio de que la función depende de la estructura resulta cierto en toda la gama de procesos fisiológicos. Podemos ilustrar este principio central de la fisiología animal con un ejemplo que nos resultará familiar. Una víbora accionando sus potentes músculos esqueléticos atrapa un ratón, siendo este deglutido posteriormente, mediante lentas contracciones del músculo liso hasta ser digerido a lo largo del tubo digestivo, siendo estos absorbidos a la sangre y transportados en ella por el latido cardiaco del corazón a todo el cuerpo, mediante este ejemplo podemos ver en acción a tres formas musculares distintas del cuerpo de la víbora, que realizan tres funciones distintas para la obtención del alimento.

Dichas relaciones entre la estructura del tejido y su función no solo existen en el músculo sino también en otros tejidos (p. ej., hueso, epitelios, glandulas), de hecho, en cada tejido del cuerpo de un animal.

Podemos evidenciar que la función depende de la estructura a todos los niveles de la organización biológica. Por ello las relaciones entre estructura y función resultan claramente evidentes al nivel molecular del tejido muscular. En efecto, la maquinaria contráctil del músculo esquelético es uno de los ejemplos más profundamente estudiados de la dependencia estructural de la función a nivel molecular y bioquímico. Por ello el movimiento de la víbora es la culminación de una cadena de acontecimientos bioquímicos que dependen de la interacción entre miles de estructuras filamentosas compuestas por proteínas contráctiles actina y miosina localizadas en el interior de cada célula muscular. Cada una de estas proteínas presenta una estructura molecular que le permite una interacción temporal, de modo que una proteína se mueve con respecto a la otra. Estos movimientos de las proteínas causan la contracción (acortamiento) de las células musculares individuales. Considerando los millares de células musculares que forman cada uno de los músculos laterales de la víbora, la contracción provoca el acortamiento global del músculo.

En efecto si consideramos la relación entre estructura y función es prácticamente inevitable en cada uno de los procesos fisiológicos de los animales.

ADAPTACIÓN, AMBIENTACIÓN Y ACLIMATACIÓN

Es fácilmente observable que la fisiología de un animal está muy bien sintonizada al ambiente que éste ocupa, asegurando de esta manera su permanencia. La selección natural constituye la forma más aceptada de esta condición, denominada adaptación. La adaptación ocurre de forma extremadamente lenta en una especie, a través de millares de generaciones y comúnmente, es un proceso irreversible. La adaptación se confunde frecuentemente con otros dos procesos, la ambientación y la aclimatación.

La primera es un cambio fisiológico, bioquímico o anatómico en un individuo, como resultado de la exposición repetida del animal a una nueva condición ambiental causada por una alteración de su entorno.

Mientras que la segunda es el mismo proceso de ambientación, sólo que los cambios son inducidos experimentalmente por el investigador, ya sea en condiciones de laboratorio o de campo.

Normalmente, tanto la aclimatación como la ambientación son procesos reversibles. Por ejemplo, si un animal migra voluntariamente desde un valle hasta las laderas altas de una gran montaña (un cambio voluntario del ambiente natural), típicamente su ventilación pulmonar se verá incrementada inicialmente para adquirir el oxígeno adecuado. Sin embargo, al cabo de unos pocos días o semanas la ventilación pulmonar comienza a disminuir hacia los valores que tenía al nivel del mar, mientras empiezan a operar otros mecanismos fisiológicos que facilitan el intercambio de gases a gran altitud. Tras varios días este animal se dice que se ha ambientado a las nuevas condiciones de gran altitud. Sin embargo si un fisiólogo animal coloca al mismo animal en una cámara hiperbárica, simulando de esta manera unas condiciones de gran altitud, el animal se habrá aclimatado a las condiciones experimentales en unos pocos días.

Hasta hace unas décadas se aceptaba que los animales actuaban asumiendo que se hallan adaptados óptimamente y que cada uno de los procesos fisiológicos observados estaba perfeccionado al límite para asegurar la supervivencia del animal. Apoyados en las observaciones y teorías desarrolladas por los biólogos evolucionistas, los fisiólogos animales están ahora convencidos de que si bien la evolución natural conduce a cambios en los procesos fisiológicos, muchos de ellos, aunque son suficientes para asegurar la supervivencia del animal, no están necesariamente ajustados con perfección a su tarea.

En el caso de los mamíferos (p. ej.) controlan típicamente su temperatura corporal entre 1-2 °C dada la precisión de algunos sistemas fisiológicos de control actualmente bien conocidos, es concebible que podría existir un sistema de control térmico bastante más preciso, pero no ha sido fijado así por la selección. Es decir, que un rango de oscilación de temperatura de 1-2 °C es tolerable y ya resulta suficiente para la supervivencia.

Poe ello, la adaptación es un concepto fundamental de la fisiología animal, pero establecer si alguna característica de un animal tiene realmente valor adaptativo puede ser difícil en la práctica. Un proceso fisiológico es adaptativo si se presenta con una elevada frecuencia en la población porque ofrece una mayor probabilidad de supervivencia y reproducción que los estados alternativos. La prueba definitiva del valor adaptativo de un proceso fisiológico puede ser difícil de obtener, pero un enfoque comparado puede proporcionar pruebas que apoyen el valor adaptativo de un proceso.

Un proceso fisiológico similar, basado en una estructura anatómica semejante que se presente en varias especies animales poco relacionadas, pero que ocupen un mismo ambiente, sugiere que tal combinación de estructura-proceso es adaptativa. Tales estudios comparados son más potentes si se combinan con el examen de especies estrechamente relacionadas en diferentes ambientes. Un clásico ejemplo de la potencia de este enfoque involucra a la llama y su pariente cercano el camello. Originariamente, los investigadores estaban convencidos de que la inusualmente alta afinidad de la sangre de la llama hacia el oxígeno era una adaptación al aire enrarecido de las grandes altitudes a las que viven las llamas. Para su sorpresa, los fisiólogos animales descubrieron que los camellos, que viven a baja altitud, también tienen una elevada afinidad sanguínea. Así pues, la elevada afinidad por el oxígeno de la sangre de la llama no es una adaptación específica a la gran altitud. Es decir, las características de la sangre de llamas y camellos no guardan relación con la altitud a la que viven, pero tiene mucho que ver con su pertenencia a la familia de los camélidos. Se acepta comúnmente este criterio indirecto sobre el valor adaptativo de un aspecto fisiológico particular, especialmente cuando se encuadra en un estudio comparativo cuidadosamente diseñado.

Las adaptaciones fisiológicas y anatómicas al ambiente tienen una base genética ( se heredan en forma de moléculas de ácido desoxirribonucleico), pasan de generación en generación y son constantemente moldeadas y sostenidas por la selección natural.

Pueden ocurrir alteraciones espontáneas (mutaciones) en la secuencia de nucleótidos del ADN, que son potencialmente causa de cambios en las propiedades de los ácidos ribonucleicos (ARN). Las mutaciones en el ADN de células germinativas que incrementan la supervivencia de los organismos, son conservadas por selección y se incrementa su frecuencia en la población de organismos a lo largo del tiempo.

Aquellas mutaciones que empeoran la adaptación de los organismos a su ambiente, reducen posibilidades de sobrevivencia; y si son demaciado perjudiciales, no se mantienen en el tiempo. Una pequeña proporción de mutaciones “neutras” no parecen mejorar ni empeorar las posibilidades de supervivencia.

La información genética pasa de un progenitor a su descendencia. Este ADN lo contiene una línea de células germinales que, en cada generación, se derivan directamente de las células germinales paternas, creando así un linaje ininterrumpido. El proceso ciego y no dirigido de la evolución se centra en la supervivencia del ADN de esta línea germinal, puesto que la información que éste codifica, define a las especies y la incapacidad para reproducir esta información genética conduce a la extinción irreversible e inmediata de la especie. Desde un punto de vista biológico, el objetivo principal en la vida de un animal es reproducir y propagar su ADN, y todo su comportamiento, procesos fisiológicos y estructuras anatómicas están en último término al servicio de la supervivencia de la línea germinal. La adaptación a las limitaciones y demandas del ambiente se aprecia y comprende mejor en este contexto de la lucha de un animal para mantener y reproducir su ADN.

HOMEOSTASIS

A pesar del hecho de que la mayor parte de los animales parecen vivir confortablemente en su ambiente, la mayoría de hábitat son realmente bastante hostiles para las células animales. Para la mayor parte de animales acuáticos, por ejemplo, el agua que les rodea es más diluida (agua dulce) o más salada (agua de mar) que sus propios líquidos corporales. Tanto los animales acuáticos como los terrestres pueden vivir en ambientes que son demasiado cálidos o demasiado fríos. Más aún, con sólo unas pocas excepciones (p. ej., las profundidades abisales de los océanos) la mayor parte de ambientes se caracterizan por sufrir, como mínimo, pequeñas fluctuaciones en sus propiedades físicas y químicas (especialmente la temperatura). Los violentos cambios ambientales en el exterior del animal podrían suponer una importante fuerza destructiva para el medio intracelular, los tejidos y la función de los órganos, si no fuese porque los sistemas fisiológicos de control están dirigidos hacia el mantenimiento de condiciones relativamente estables en los tejidos corporales del animal. Esta tendencia de los organismos a mantener una relativa estabilidad interna se denomina homeostasis.

Claude Bernard, investigador francés del siglo pasado y pionero de la fisiología moderna, fue el primero en reconocer la importancia para la función animal del mantenimiento de la estabilidad en el medio interno. Bernard señaló la capacidad de los mamíferos para regular las condiciones de su ambiente interno dentro de unos estrechos límites. Esta capacidad es familiar para la mayoría de nosotros por la medida de nuestra temperatura corporal, que en individuos sanos se mantiene con un grado de desviación respecto a 37 °C. Las células de nuestro propio cuerpo experimentan un ambiente relativamente constante no sólo respecto a la temperatura, sino también a la concentración de glucosa, el pH, la presión osmótica, la tensión de oxígeno, las concentraciones iónicas y así sucesivamente.

Bernard (1872) concluyó que “la constancia del medio interno es la condición para la vida libre”, argumentando que la capacidad de los animales para sobrevivir en ambientes a menudo difíciles y variables refleja directamente su capacidad para mantener un ambiente interno estable. A principios de este siglo, Walter Cannon amplió el concepto de Bernard de la constancia interna a la función y organización de células, tejidos y órganos. Fue Cannon (1928) quien acuñó el término de homeostasis para describir la tendencia a la estabilidad interna, y sus investigaciones sobre cómo los sistemas fisiológicos mantienen la homeostasis le supusieron el Premio Nobel.

La homeostasis, uno de los conceptos más influyentes y proporciona un marco conceptual en el que interpretar un amplio rango de datos fisiológicos. Este fenómeno es de alcance prácticamente universal en los sistemas vivos, permitiendo a los animales y a las plantas sobrevivir en ambientes hostiles y variables.
Se cree que la evolución de la homeostasis y de los sistemas fisiológicos que la mantienen han sido los factores esenciales que han permitido a los animales aventurarse, desde ambientes fisiológicamente favorables, a invadir ambientes hostiles al proceso vital. Un aspecto fascinante de la fisiología es descubrir el modo en que los distintos grupos animales se han adaptado a través de la selección natural para mantener la homeostasis frente a determinados desafíos ambientales.

En la homeostasis están involucrados mecanismos fisiológicos pluriorgánicos en su mantenimiento, resultando evidente a nivel celular. De hecho, se da un grado variable de homeostasis en los organismos unicelulares más simples. Un ejemplo son los protozoos, los que han sido capaces de invadir el agua dulce y otros ambientes osmóticamente difíciles porque las concentraciones de sales, azúcares, aminoácidos y otros solutos en su citoplasma están regulados por la permeabilidad selectiva de la membrana, el transporte activo y otros mecanismos. Estos procesos mantienen las condiciones intracelulares, bastante diferentes del ambiente extracelular, dentro de límites que son favorables para los requerimientos metabólicos de todas las células, incluyendo a los protozoos unicelulares.

SISTEMAS DE RETROALIMENTACIÓN

Los procesos reguladores que mantienen la homeostasis en las células y en organismos pluricelulares dependen de la retroalimentación, que ocurre cuando la información sensorial acerca de una determinada variable (p. ej., temperatura, salinidad, pH) se utiliza para controlar procesos en células, tejidos y órganos que afectan al nivel interno de esa variable. La regulación homeostática requiere una monitorización continua de las variables controladas y acciones correctoras, un proceso denominado retroalimentación negativa. Por ejemplo, supongamos que un conductor experimentado sitúa su automóvil en una autopista sin tráfico, en un tramo absolutamente recto de unos 10 km de longitud; se le permite situar el coche, y se le vendan los ojos, y luego se le indica que conduzca a lo largo de esos 10 km sin apartarse de su carril. La más ligera asimetría en los sistemas neuromusculares o sensoriales del conductor o en los mecanismos de dirección del coche —por no mencionar el viento o las irregularidades en la superficie de la carretera— harán que esta tarea sea imposible. Por otra parte, si se le quita la venda de los ojos, el conductor utilizará la información visual para permanecer en su carril. A medida que observe una desviación gradual a un lado u otro, debido a cualquier perturbación interna o externa, el conductor la corregirá mediante un movimiento de compensación aplicado sobre el volante. El sistema visual del conductor actúa en este caso como el sensor, y el sistema neuromuscular al aplicar un movimiento de corrección en la dirección opuesta al error observado, actúa como el amplificador invertido que corrige las desviaciones al punto de ajuste (p. ej., el centro del carril, en este caso).

Otro ejemplo de regulación por retroalimentación negativa puede mostrarse con el sistema de termostatización que mantiene la temperatura del agua caliente del baño cercana al punto de ajuste. Cuando la temperatura del agua desciende por debajo del punto de ajuste, el sensor cierra un conmutador que mantiene en funcionamiento al calentador. Tan pronto como se alcanza la temperatura de ajuste, el conmutador del calefactor se abre y deja de calentar hasta que la temperatura descienda de nuevo por debajo del punto de ajuste. Este ejemplo sugiere que la regulación de la temperatura corporal requiere un “termostato” que proporcione su información a un sistema de control térmico, que enfríe o caliente al cuerpo dependiendo de la señal de temperatura. Las investigaciones fisiológicas han descubierto muchísimo sobre regulación térmica, incluyendo la localización de este termostato.

CONFORMISMO Y REGULACIÓN

Cuando un animal se enfrenta a cambios en su medio ambiente (p. ej., alteraciones en la disponibilidad de oxígeno o en la salinidad), puede mostrar una de las dos grandes categorías de respuestas: conformismo o regulación. En ciertas especies, estos desafíos inducen cambios corporales internos paralelos a las condiciones externas. Tales animales, denominados conformistas, son incapaces de mantener la homeostasis de parámetros internos como la salinidad de sus fluidos corporales, o la oxigenación de sus tejidos. Por ejemplo, los equinodermos como la estrella de mar Asterias son osmoconformistas, y sus líquidos corporales se hallan en equilibrio con su ambiente, mostrando un incremento de la salinidad del líquido corporal cuando se les expone a agua de mar y un descenso cuando se les pone en agua con bajo contenido en sales. Igualmente, el consumo de oxígeno de oxigenoconformistas como los gusanos anélidos aumenta y desciende conforme sube y baja la disponibilidad de oxígeno. El grado de éxito de los conformistas para sobrevivir a esas fluctuaciones ambientales depende de la tolerancia de sus tejidos corporales a las alteraciones internas.

Los organismos reguladores, como su nombre indica, utilizan mecanismos bioquímicos, fisiológicos, etiológicos u otros, para regular su medio interno frente a amplios cambios del ambiente externo, es decir, mantienen la homeostasis. Así pues, un osmorregulador mantiene las concentraciones  iónicas de sus líquidos corporales por encima de los niveles externos cuando se le pone en agua dulce, y por debajo si se le expone a agua más concentrada. Los animales oxigenorreguladores, entre los que se incluyen el cangrejo, muchos moluscos y casi todos los vertebrados, mantienen su nivel de consumo de oxígeno aunque la disponibilidad de oxigeno ambiental disminuya. En ocasiones, sin embargo, la cantidad de oxígeno puede llegar a ser tan baja que ya no puede mantenerse el nivel de consumo de oxígeno basal, y el animal pasa entonces a comportarse como conformista.

Es tentador llevar a cabo generalizaciones amplias en grupos taxonómicos, basándonos en si los animales son conformistas o reguladores. Aunque la mayor parte de invertebrados son conformistas, y casi todos los vertebrados reguladores, existen algunas excepciones. Por ejemplo, los crustáceos decápodos (p. ej., cangrejos, camarones, langostas) tienden a comportarse como reguladores, como lo son muchos moluscos y la mayoría de insectos. Más aún, la zona de estabilidad en la que se mantiene la homeostasis puede ser muy amplia o bastante más estrecha dependiendo de la especie.

EL CONCEPTO DE RETROALIMENTACIÓN

Cualquier sistema de control efectivo, ya sea el cerebro humano, un computador o un termostato doméstico, es tremendamente dependiente de la retroalimentación, este es el retorno de una información sensorial a un consolador que regula la variable controlada. La retroalimentación puede ser positiva o negativa, produciendo rada una de ellas efectos muy diferentes. La retroalimentación se utiliza ampliamente tanto por sistemas de control biológico, como en ingeniería para mantener un estado preseleccionado de una variable controlada.

En animales normales y sanos la retroalimentación positiva se utiliza para producir un efecto regenerativo, explosivo o autocatalítico. Este tipo de control se usa a menudo para generar la fase creciente de un fenómeno cíclico, como el disparo del impulso nervioso o el crecimiento explosivo de un coágulo sanguíneo para prevenir la pérdida de sangre. El vaciado rápido de una cavidad corporal (p. ej., la expulsión del feto durante el parto, el vómito o la deglución) se inicia a menudo con procesos de retroalimentación positiva.

Sin embargo, la retroalimentación positiva se encuentra mucho más frecuentemente en condiciones patológicas que afectan al control normal por retroalimentación negativa. Un ejemplo clásico lo proporciona la insuficiencia cardiaca congestiva. En este desorden, la incapacidad del corazón para bombear la sangre, causa que ésta se acumule en los ventrículos, lo que empeora la capacidad de bombeo, y así sucesivamente. A menos que se interrumpan, estos círculos viciosos de la retroalimentación positiva conducirán rápidamente a un colapso completo del sistema de control.




MECANISMOS HOMEOSTATICOS.

En fisiología como  ya comentamos se emplea él termino de homeostasis para denominar el mantenimiento de las condiciones estáticas o constantes en el medio interno, en esencia todos los óranos y tejidos del cuerpo desarrollan funciones que ayudan a mantener constantes dichas condiciones.

SISTEMA DE TRANSPORTE DE LIQUIDO EXTRACELULAR.-

El transporte del liquido extracelular se desarrolla en 2 etapas; la primera es el movimiento de sangre por el sistema circulatorio; la segunda el movimiento del liquido entre los capilares sanguíneos y las células.

Existe un intercambio continuo de liquido extracelular entre la porción del plasma de la sangre y el liquido intersticial que ocupa los espacios existentes entre las células, los espacios intercelulares, los capilares son porosos por ello grandes cantidades de liquido y de sus constituyentes disueltos pueden difundir en ambos sentidos entre sangre y los espacios tisulares. Pocas células están a más de 50 micras de un capilar lo cual asegura la difusión de prácticamente cualquier sustancia desde el capilar a la célula en pocos segundos cada vez que la sangre pasa, fluye también a través de los pulmones, en donde capta el oxigeno de los alvéolos; la membrana entre los alvéolos y la luz de los capilares pulmonares tiene un grosor de 0.4 a 2.0 micras y el oxigeno difunde mediante un movimiento molecular a través de dicha membrana hacia la sangre del mismo modo que el agua y los iones difunden a través de los capilares tisulares.

EL TRACTO GASTROINTESTINAL.

La sangre bombeada por el corazón a traviesa también las paredes de los órganos gastrointestinales, aquí se absorben, desde los alimentos ingeridos hacia el líquido intersticial.

SISTEMA MÚSCULO ESQUELETICO.

Este es el medio para el desplazamiento, hacia el lugar correcto en el momento adecuado para obtener los alimentos necesarios para la nutrición.

ELIMINACIÓN DE LOS PRODUCTOS FINALES DEL METABOLISMO.

El dióxido de carbono se elimina, cuando se capta el oxigeno, el CO2 pasa de la sangre a los alvéolos y finalmente a la atmósfera; el paso de la sangre a través de los riñones elimina la mayor parte del resto de sustancias del plasma aparte del CO2 que no son necesarias para el organismo. Estas sustancias son la urea y el ácido Úrico que son productos finales del metabolismo, también abarcan los excesos de iones y agua de los alimentos, que podrían haberse acumulado en el líquido extracelular.

SISTEMA NERVIOSO.

Tiene 3 porciones, la porción aferente, el S.N.C. y la porción eferente; los receptores sensitivos detectan el estado del cuerpo o el estado del entorno. Los ojos son órganos sensitivos que proporcionan una imagen visual del área circundante. Los oídos son también órganos sensitivos. El S.N.C. consta del cerebro y la medula espinal, el cerebro puede almacenar información, generar pensamiento, crear ambición y determinar reacciones que el cuerpo lleva a cabo en respuesta a sensaciones, las señales apropiadas se transmiten posteriormente a través de la porción motora eferente del sistema nervioso para realizar los deseos de cada uno.

El sistema autonómico opera a nivel subconsciente y controla muchas funciones de los órganos internos como el bombeo cardiaco, el movimiento del tracto gastrointestinal y la secreción glandular.

SISTEMAS DE CONTROL DEL CUERPO.

En el cuerpo hay miles de sistemas de control, los más intrincados son los sistemas de control genético que actúan sobre todas las células para controlar la función intracelular, así como la extracelular; por ejemplo, el sistema respiratorio actuando junto al sistema nervioso, regulan concentración de CO2 en el liquido extracelular, el hígado y el páncreas regulan la concentración de glucosa en el liquido extracelular, los riñones controlan la concentración en el liquido extracelular de los iones hidrógeno, sodio, potasio y otros.

EJEMPLOS DE MECANISMOS DE CONTROL.

La regulación de las concentraciones de oxigeno y dióxido de carbono en el liquido extracelular, este mecanismo depende fundamentalmente de las características químicas de la hemoglobina, la cual esta presente en todos los glóbulos rojos, esta debido a su extrema afinidad química por el oxigeno, no lo libera en el liquido tisular si éste contiene ya mucho oxigeno, pero si la concentración de oxigeno es baja se libera el suficiente para restablecer una concentración tisular correcta, esta regulación se denomina  función amortiguadora de oxigeno de la hemoglobina, la concentración de CO2 se regula de manera diferente ya que cuando la concentración de CO2 en la sangre es elevada, se excita el centro respiratorio, haciendo que la persona respire rápida y profundamente, esto aumenta la espiración y por tanto la eliminación del CO2.

REGULACIÓN DE LA PRESIÓN ARTERIAL.

El sistema baroreceptor es un ejemplo sencillo y excelente de mecanismo de control, en las paredes de la región del cuello, en la que se bifurcan las arterias carótida y en el arco aórtico existen muchos receptores nerviosos, denominados baroreceptores que se estimulan por el estiramiento de la pared arterial, cuando la presión arterial aumenta, los baroreceptores  envían un aluvión de impulsos al tronco encefálico, aquí los impulsos inhiben el centro vasomotor, el cual su vez disminuye el numero de impulsos transmitidos a través del sistema nervioso simpático hasta el corazón y los vasos sanguíneos, la falta de dichos impulsos provoca una menor actividad de bombeo del corazón y una mayor facilidad para el flujo de sangre a través de los vasos periféricos efectos ambos que disminuyen la presión arterial.
Por el contrario un descenso de la presión arterial relaja los receptores de estiramiento, permitiendo que el centro vasomotor se vuelva más activo de lo normal y provocando por tanto que la presión arterial recupere su valor normal.

LA RETROALIMENTACIÓN NEGATIVA PROVOCA A VECES CIRCULOS VICIOSOS Y LA MUERTE.-

El corazón de un ser humano normal bombea 5 litros de sangre por minuto, si una persona sangra bruscamente  y pierde 2 litros, la cantidad de sangre del organismo disminuye a un valor tan bajo que no existe sangre suficiente para que el corazón bombee eficazmente, como resultado de ello, la presión arterial desciende y disminuye el flujo de sangre que va al músculo cardiaco a través de los vasos coronarios,  esto da lugar a un debilitamiento del corazón, a que disminuya más el bombeo, a un descenso mayor del flujo sanguíneo coronario y a una mayor debilidad del corazón; el ciclo se va repitiendo una y otra vez hasta que se produce la muerte.